Año
del Señor 1503. Un mercader veneciano aparece estrangulado en su
habitación, en el castillo de Gorizia. El administrador de la ciudad
quiere encontrar al responsable del crimen y pone al cargo de la
investigación a Tiberio di Castro, un apoticario romano exiliado. Junto
con la hija de la víctima, la fascinante Isabella, y un misterioso
fraile, Tiberio emprende una investigación que lo pone sobre la pista de
una antiquísima civilización. Para encontrar al asesino y recuperar un
valioso manuscrito, el apoticario deberá enfrentarse a las incursiones
de los turcos y desenmascarar falsos demonios, en una arriesgada huída
por las costas de Istria hasta la República de Venecia. Mientras, en
Roma, fallece el papa maldito, Alejandro VI, y una oscura fuerza despeja
el camino para que se cumpla una inquietante profecía...
Ante él se materializaron fragmentos de una realidad que aún no era más
que un sueño, una posibilidad. Y en cambio, conseguía visualizarla: la
cadena de acontecimientos que había desencadenado con aquel asesinato.
Una tras otra, las teselas iban encajando, formando un mosaico. Alguien
investigaría el homicidio. Tan sólo había que esperar. Frunció los
labios en una sonrisa. Se cubrió el rostro con una capucha y se marchó
sigilosamente.
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